La Guadalupana, verdadero y único retrato de María.
José Antonio Quintana Fernández
Comparando la aparición del Tepeyac con las demás apariciones físicas de la Virgen María, comprendemos que es el ÚNICO retrato que ha
dejado a la cristiandad.
En efecto, si vemos sus apariciones en La Salette, en Lourdes, en Fátima y tantas más, las imágenes de María son elaboradas después de la
aparición milagrosa según la versión de los videntes a algún artista.
En otras imágenes aparecidas milagrosamente en el mundo, como la Caridad del Cobre en Cuba, la Virgen de Suyapa en Honduras o la Virgen
aparecida en Brasil, son en lo general, esculturas pequeñas, con diferentes vestidos, muchos de ellos irreales de un retrato.
Recordemos que el Nican Mopohua narra que Juan Diego deja caer las rosas de su tilma y “SE APARECIO DE REPENTE LA IMAGEN”.
Analizando la tilma sagrada vemos que representa a una jovencita de unos 16 años, de 1.42 mts de estatura, embarazada, con su carita llena
de devoción y dulzura. La edad corresponde a lo que dicen los evangelios. Su tez es grisácea como la de los judíos y no morena como la de
los indígenas o mestizos.
Un famoso cantante mexicano José Mojica, muerto en 1974, que llegó a actuar en Hollywood, abandona el mundo e ingresa a la orden franciscana
y se dedica a estudiar la vestimenta de los judíos en la época que vivió Nuestro Señor. Comprueba en sus estudios que la estatura, la túnica
y el manto de la Guadalupana son típicos de los judíos en los primeros años de la era cristiana.
Paul Badde en su libro “La Morenita” relata que se le pide a una de las videntes de Medjugorje pregunte a la Virgen sobre su aparición de
México. La Virgen contesta “Aquí, me aparezco, en el Tepeyac, vivo”.
NUNCA en todo el mundo, María ha dejado una imagen en sus milagrosas apariciones, sólo la que veneramos en esta tierra bendita. No en balde
Su Santidad Benedicto XlV exclamó “No ha hecho igual con ninguna nación”.