Es un tema muy discutido que llega desde la investigación de Callaghan y Smith para los que todos los adornos incluyendo el ángel son
repintes, hasta los que sostienen que la imagen ha sido retocada, pero sin ningún añadido.
El P. Florencia, eminente historiador, relata que a principios del siglo XVll se añadieron unos querubines sobre las nubes, como representa
esta pintura que se data es el siglo XVl y que existía en el pueblo de Atzacoalco y estos fueron rechazados naturalmente de la tilma.
Lo que si es evidente son los retoques que tienen las manos y el rostro de Nuestra Señora. Se creía que se habían hecho cuando fue
substituida por esta copia en la persecución religiosa de 1926 a 29, pero las fotografías a color que presentan en sus libros tanto
Gutiérrez Zamora como el Padre Mariano Cuevas en su álbum de 1930, demuestran que fue en años posteriores. El mismo Gutiérrez Zamora
presenta una fotografía de la colocación de la Sagrada Tilma en el altar mayor en julio de 1931, en el que ya se notan los retoques y culpa
de ellos al abad de entonces, Feliciano Cortés.
La fotografía tomada en 1923 por el fotógrafo Manuel Ramos nos muestra un rostro muy joven, pudiéndose ver la textura del ayate y los
cabellos de la Guadalupana.
En esta fotografía actual, el cabello es una plasta negra y se aprecia claramente las pinceladas en los párpados y el pómulo del sagrado
rostro y en el perfil de la nariz que cubren el entramado de la tilma, así como, unas líneas en la papada que hacen envejecer la cara.
En las manos también se colocó pintura sobre el dorso que se ha oscurecido con el tiempo y dan un aspecto desagradable.
También el cíngulo de su vientre, que en el XVlll el pintor Cabrera describe de color morado, es hoy totalmente negro.
La luna que el eminente pintor Baltasar de Echave pone en 1606 de color tierra, es hoy totalmente negra, quizá al ser cubierta de emulsión
de plata es que se ha ennegrecido.
Ojalá algún día se pueda restaurar a su estado original.